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Poema del Desencanto
José Ángel Buesa
Y comenzaremos juntos un viaje hacia la aurora.
Como dos fugitivos de la misma condena.
Lo que ignoraba antes no he de callarlo ahora;
No valías la pena.
Ya llegaba el otoño y ardía el mediodía.
Sentí sed. Vi tu copa. Pensé que estaba llena,
pero acerqué mis labios y la encontré vacía.
No valías la pena.
Te di a guardar un sueño pero tu lo perdiste,
o acaso abrí mis surcos en la llanura ajena.
Es triste pero es cierto. Por ser cierto es tan triste.
No valías la pena.
Fuiste el amor furtivo que va de lecho en lecho,
y el eslabón amable que es más que una cadena.
Pero hoy puedo decirte, sin rencor ni despecho;
No valías la pena.
Me alegré con tu sonrisa; me apené por tu llanto,
sin pensar que eras mala, sin creer que eras buena.
Te canté en mis canciones y a pesar de mi canto.
No valías la pena.
Me queda el desencanto del que enturbió una fuente,
o acaso el desaliento del que sembró en la arena.
Pero yo no te culpo. Te digo simplemente;
No valías la pena.
Ese desencanto, que nos embarga, por tantas cosas nuestras que creíamos compartidas...
¿Será cierto, sencillamente, que al final no merecía la pena y que por algo el hombre nace solo y desnudo?
¿Habrá llegado el momento de hacer caso al legado del desencanto, declamado por Buesa?
No lo sé, pero me dá en qué pensar el canto de un poeta cubano, que un mal día - seguramente de invierno- partió, dejando atrás los colores verdes, azules y rojizos de la arcilla de su patria, para ir a morir en otras lejanas tierras.
¡Como tuvo que pesarle también a él el desencanto!
José Ángel Buesa nació tal que un 2 de septiembre de 1910, en Cruces, ciudad de la antigua provincia de "Las Villas", actualmente provincia de Cienfuegos, y esparció el guarapo de su caña por el Salvador, España, las Islas Canarias y Santo Domingo, en donde en 1982 se perdió definitivamente su sueño.
2003-02-27 22:42 | 4 Comentarios
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Comentarios
1
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De: Rigel |
Fecha: 2003-02-28 01:54 |
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¡Caray, qué bueno!
¡Bravo!
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2
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De: El GNUdista |
Fecha: 2003-02-28 04:38 |
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Uyuyuy!
Me ha llegado al alma, es tal y como me siento cuando alguien me nombra a aquel antiguo amor que se llamaba Euskadi.
Y aun así siempre queda la esperanza de que algún día valga la pena.
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3
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De: Tenebris |
Fecha: 2003-02-28 17:37 |
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Hola amigos.
Me alegra que os haya gustado este desencanto.
Es curioso como, si recapacitamos un poco sobre nuestro pasado, podemos ver que, a lo largo de nuestras vidas, son infinitas las arenas sembradas.
Menos mal que siempre habrá playas vírgenes, esperando nuestra simiente, y que tarde o temprano alguna ha de fructificar.
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4
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De: Cristina |
Fecha: 2003-02-28 18:20 |
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Hola Tenebris.
Dame un telefonazo que tengo ganas de poesía y buen café.
Seguro que te levanta el ánimo y lo que sea menester.
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