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{Gargantuario. Nuevo poemario de los cien gaiteros del delirio}

{ Libro de odas y versos escritos en las paredes de la Taberna del Olvido. }

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GARGANTUARIO - NUEVO POEMARIO DEL OLVIDO

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    En el Reformatorio

    Por: Néstor Perlongher

    a Inés de Borbon Parma




    O era ella que al entrar a ese reformatorio por la puerta de atrás veía
    una celadora desmayada: calesas de esa ventiluz: Inés, en los cojines
    de esa aterciopelada pesadumbre, picábase: hoy un borbón, mañana
    un parma. La hallaban así, yerta: borboteaba. Los chicos se vigilaban
    tiesos en su torno-y unos se acariciaban las pelotas debajo del bolsi-
    llo aunque estaba prohibido embolsar los nudillos, por el temor al
    limo, pero se suponía que la muerte, o sea esa languidez de celadora
    a lo cuan larga era en el pasillo, les daba pie para ello; y asimismo,
    esta mujer, al caer, había olvidado recoger su ruedo, que quedaba
    flotando - como el pliegue de una bandera acampanada-a la altura
    del muslo; era a esa altura que los muchachos atisbaban, nudosos, los
    visillos; y ella, al entrar, vio eso, que yacía entre un montón de niños
    - y el más pillo, como quien disimula, rasuraba el pescuezo de la
    inane con una bola de billar; y un brillo, un laminoso brillo se abría
    paso entre esa multitud de niños yertos, en un reformatorio, donde
    la celadora repartía, con un palillo de mondar, los éritros: o sea las
    alitas de esas larvas que habían sido sorprendidas cuando, al entrar
    en la jaula, se miraban, deseosas, los bolsillos; o era una letanía la que
    ella musitaba, tardía, cuando al entrar al circo vio caer ante sí a esos
    dos, o tres, niños, enlazados: uno tenía los ojos en blanco y le habían
    rebanado las nalgas con un hojita de afeitar; el otro, la miraba callado.



    2004-04-12 01:00 | 0 Comentarios


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