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A media voz
Por: Josef Weinheber

Toma lo más sombrío del hombre: esto es eterno.
Toma de un pecho doliente lo perdido, exhala
la vergüenza, la nostalgia, murmura el llanto
en la calma del atardecer,
en los pensamientos antes de dormir, todas
las palabras exhaladas de la noche otoñal, todos
los pobres caminos solitarios, la aflicción
y el término del amor.
Como tormenta es el dolor humano y como el remoto
juego de arpas; lo más profundo, empero,
es un río; no fluye desde aquí, corre
en el interior de la tierra.
Toma el dolor y conviértelo en canción. ¿Qué
canción es más dulce, cuál más dignamente delicada?
Igual a la boca herida de la amada, luego;
o a la rara
sonrisa de un moribundo. En los límites siempre
se vuelven más grandes los sentimientos. Pues en
el tránsito están la consagración y el deber y aquella
fuerza mortal del sacrificio.
¡Copa amarga, sé bendecida! Ay, ¿quién
sufre, pues, bastante? ¿Y quién fue
vaciado hasta el fin, para que la rígida y tirante
cuerda lo estremeciera?
2004-04-01 01:00 | 1 Comentarios
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ella dice que me mantenga sobrio que no hay de que escapar,solo de mis huesos ,borracho me olvido de ellos y de a donde llegar
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